Los menonitas y el estado 

Una perspectiva menonita sobre la libertad religiosa en 3 partes 

Me encantan los mosaicos. Los mosaicos son obras de arte que muestran una imagen, un mensaje, compuesto por muchas piezas pequeñas. 

En el arte cristiano, es común encontrar mosaicos que representan una imagen de Jesús. Un ejemplo de un mosaico cristiano se encuentra en la basílica de Sant’Apollinare Nuovo en Ravena, Italia. En esa pieza, llamada Cristo attorniato da angeli e santi, se organizan muchas piedras de diferentes colores y tamaños para que el observador pueda ver una representación de Jesús. 

Las sociedades humanas son como mosaicos vivientes. Nos cuentan sus valores y prioridades por cómo están organizadas y cómo interactúan sus miembros. 

Las sociedades capitalistas valoran el progreso financiero, incluso si eso significa pobreza para otros. 

La política totalitaria valora el orden por encima de la libertad. 

Las sociedades comunistas a menudo parecen privilegiar la equidad económica a expensas de la iniciativa personal. 

Eso, por supuesto, es demasiado simplista. Ninguna de estas estructuras de la sociedad es exactamente como lo he descrito, pero estas caracterizaciones amplias ilustran que la política transmite un mensaje. 

El diseño de una sociedad (su política y relaciones interpersonales) nos dice qué es esa sociedad. 

Lamentablemente, cada comunidad o nación humana incluye estructuras que permiten la injusticia, la dominación, la violencia y el abuso. El mal es dominante. Por supuesto, algunos sistemas políticos son peores que otros, pero todos con estructuras caídas que transmiten valores y prioridades que contradicen la voluntad y el reino de Dios. 

Todos estos diferentes mosaicos y diseños de sociedad han surgido después de la intrusión del mal en la historia humana. Debido a que nacemos fuera del paraíso, estamos inmersos en políticas e interacciones sociales que ignoran la voluntad de Dios. Independientemente de dónde nazca, su país y el sistema político heredado lo moldean con valores y prioridades que pueden contrastar con el reino de Dios. 

Somos como peces nadando en la única realidad que conocemos: un mundo caído y malvado. Sin darnos cuenta, nos movemos dentro de estructuras malignas equivalentes al agua para un pez. 

Nuestras relaciones financieras, nuestros sistemas de dominación, cómo entendemos la justicia y cómo afrontamos los conflictos y desacuerdos, incluyen valores perversos de los que sólo hay una forma de escapar. 

Convirtiéndonos en ciudadanos del reino de Dios 

“Arrepiéntanse” es el mensaje de Jesús. Oren por la venida del reino de Dios; crean en la buenas nuevas. 

Esa es la vía de escape hacia la libertad que ofrece Jesús y la marca de una nueva política fuera de este orden social. 

El arrepentimiento es la respuesta humana a la gracia de Dios que abre nuestras vidas al Espíritu Santo, cambiando corazones y mentes desde adentro creando una sociedad justa por fuera. 

El Sermón del Monte (Mateo 5–7) describe esa sociedad. Todo el Sermón se dirige a los seguidores de Jesús como grupo y, al hacerlo, menciona el Reino de Dios ocho veces. Sin ser exhaustivo, el Sermón del Monte nos habla del reino de Dios: su ética, algunos de los beneficios y responsabilidades, y quiénes pertenecen a él. 

La nueva sociedad que se organiza como el reino de Dios evidencia una nueva creación en la que las finanzas, las relaciones de poder, la justicia, el liderazgo y muchas otras facetas de la vida comunitaria se suman a un mensaje. 

Como el mosaico italiano mencionado antes, ese mensaje es la imagen de Jesús. 

Cuando entramos en el reino de Dios, recibimos una nueva ciudadanía y somos libres para experimentar un nuevo tipo de política; ya no somos esclavos de sistemas malvados. Pertenecemos a una nueva sociedad donde, junto con otros seguidores de Cristo, proyectamos la imagen de Jesús al mundo. 

Pero todavía vivimos en nuestros países y sociedades humanas, ¿verdad? ¡Sí! Sin embargo, ahora lo hacemos como representantes del reino de Dios. ¿Buscamos formas de servir a nuestras comunidades humanas? Sí, pero lo hacemos como embajadores del reino de Dios. 

Mire el próximo mes el siguiente artículo de esta serie. 

Lea el artículo introductorio del mes pasado. 

—Este artículo de tres partes es una adaptación de una ponencia que el secretario general del CMM César García, pronunció como orador destacado en el 9º Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa (IRLA, por sus siglas en inglés). Partes de esta ponencia han sido extraídas del libro de César García ¿Qué es el reino de Dios y cómo es la ciudadanía? (What is God’s Kingdom and What Does Citizenship Look Like?) (Herald Press, 2021). 


Footnote:

1 Una foto del mosaico se encuentra disponible en Wikimedia Commons

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