Al corriente: septiembre 16, 2022
India
Los misioneros de Estados Unidos iniciaron su labor misionera menonita en noviembre de 1899, en India Central, actualmente conocido como el estado de Chhattisgarh. Cabe señalar que comenzaron con obras filantrópicas, brindando ayuda a las personas afectadas por la sequía. El primer bautismo de los cuarenta y tres nuevos creyentes se realizó en diciembre de 1900. En sus inicios, la membresía creció rápidamente. En 1949, al celebrarse el Jubileo de Oro de la obra misionera, los miembros bautizados sumaban 1579.
Durante los años siguientes, la Iglesia Menonita de India (MCI) no creció numéricamente como se esperaba. Los primeros líderes de MCI hicieron algunos intentos por establecer nuevas iglesias en regiones nuevas. Sin embargo, en general estaban conformes con mantener el statu quo; entonces, MCI decidió no hacer una autoevaluación. Posiblemente, Dios no quedó conforme con la preservación del statu quo, y así surgió el movimiento pentecostal.
Llegada de pentecostales a zonas de la convención de MCI
Antes de la década de 1970, recuerdo que algunos predicadores pentecostales fueron invitados por las iglesias locales a predicar en ocasiones especiales, y también por la convención de MCI. En su mayoría eran predicadores que podían conmover emocionalmente a la gente.
A principios de la década de los setenta, la presencia pentecostal fue más sentida en algunas iglesias menonitas urbanas, donde los miembros provenían de diferentes denominaciones. En la Iglesia Menonita principal, los cultos pentecostales comenzaron en una casa particular a mediados de los años setenta. Empezaron a reunirse para adorar y fraternizar en casas particulares, especialmente los jóvenes menonitas que no estaban al frente de las actividades de MCI. Asimismo, las personas que no eran cristianas también comenzaron a asistir a dichas reuniones pentecostales.
Las reuniones se caracterizaban por sus oraciones y cantos muy animados y emotivos. Lentamente el movimiento cobró impulso, centrándose en el nuevo nacimiento, el bautismo por inmersión, el diezmo y hablar en lenguas. Se animaba a la gente a exclamar “Aleluya”, “Amén” y “Alabado sea el Señor” durante la predicación. En los cultos se animó a las personas a compartir lo que el Señor había hecho en sus vidas durante la semana anterior. Y, a veces, se servían generosamente comidas sencillas después de los cultos.
Durante los días de la semana, los pastores pentecostales hacían visitas regulares a las casas, incluso casas menonitas, orando con valentía por los enfermos. Los pastores procuraban que en cada oportunidad se hiciera notar su presencia, como en los funerales. A menudo, se hacían amigos de miembros acomodados de MCI que no eran muy activos. Poco a poco, las iglesias pentecostales que se reunían en casas se multiplicaron. Se extendieron rápidamente a más ciudades y pueblos, y creció el número de miembros. Se alentó a los líderes laicos que estaban desbordantes de entusiasmo, a que asistieran a las escuelas bíblicas pentecostales; al finalizar, se les asignaban congregaciones donde tuvieran la posibilidad de servir.
Al parecer no había un sistema institucionalizado. Los pastores eran quienes tomaban las decisiones en todos los asuntos y tenían libertad para dirigir las congregaciones locales.
La Iglesia Menonita de India y la presencia pentecostal
Al principio, aunque los líderes de las iglesias menonitas invitaran a predicar a los pastores pentecostales distantes, los pentecostales locales estaban desanimados. Los miembros menonitas que se habían unido al movimiento pentecostal, fueron obligados a dejar las iglesias menonitas. Pero la presencia constante y el número creciente de pentecostales, ha cambiado tácitamente la mentalidad de MCI. Además, muchos de los miembros de MCI se casaron con mujeres de trasfondo pentecostal, que se han vuelto activas en las iglesias menonitas de India.
Actualmente, la presencia de las iglesias pentecostales y sus líderes es conocida y aceptada. No hay más rivalidades abiertas entre las dos denominaciones. De hecho, MCI ha aceptado cambios en sus propias modalidades de culto. Hay más cantos en el culto y se invita a las personas a compartir lo que el Señor ha hecho en sus vidas durante la semana anterior.
Los pastores pentecostales son aceptados con el debido respeto. Se anima a los pastores menonitas a orar por los no cristianos que llegan después de los cultos. Las peticiones de oración de los no creyentes son incluidas en las oraciones pastorales, y también se les permite compartir sus testimonios durante el culto del domingo.
Esto ha alentado a los grupos pentecostales no afiliados de las aldeas a procurar el liderazgo de MCI. A su vez, MCI establece dichos grupos, primero como centros de oración, apoyando a sus líderes; luego, y cumpliendo con ciertas condiciones, los reconoce como iglesias unitarias de pleno derecho del MCI.
Asimismo, se están realizando esfuerzos en MCI para revitalizar a los miembros para el ministerio de evangelización.
Sugerencias para las relaciones con los pentecostales
1. Dado que el movimiento pentecostal es un fenómeno mundial, debemos reconocerlo como obra de Dios. Haríamos bien en aceptar el consejo de Gamaliel, profesor de derecho judío, mencionado en Hechos 5,33-39.
2. Es necesario hacer una autoevaluación respecto al motivo por el que Dios ha impulsado el crecimiento del pentecostalismo, pese a la presencia de las iglesias establecidas. Es similar al surgimiento del movimiento anabautistamenonita a principios del siglo XVI.
3. Debemos ser capaces de regocijarnos con lo que Dios ha estado haciendo, acercando cada vez más personas al rebaño de Jesucristo a través de los ministerios de los pentecostales.
4. Las iglesias establecidas deberían encontrar maneras de desarrollar relaciones de trabajo con los pentecostales y otras iglesias.
5. Deberíamos aceptar la ineptitud de cualquier denominación eclesial, incluyendo la Iglesia Menonita de India, ya que ninguna por sí sola es capaz de proclamar la “multiforme sabiduría de Dios” (Efesios 3,9-11). Es necesaria la unidad de espíritu y cooperación de las iglesias para cumplir dicho llamado.
— Shantkumar Kunjam, obispo de la Convención de la Iglesia Menonita de India, vive en Rajnandgaon, Chhatisgarh, India.
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