Oremos por los pastores que continúan sirviendo a sus congregaciones donde los miembros han perdido sus trabajos y ya no pueden aportar financieramente. Alabado sea Dios por la provisión que llega de lugares inesperados a pesar de las dificultades.
Alabemos a Dios por las empresas que han podido cambiar las líneas de producción para fabricar equipos de protección personal y desinfectante para manos. Alabemos a Dios por los voluntarios que han ayudado a coser tapabocas y a preparar víveres para las personas que no tienen ingresos.
Oremos por las familias que están de luto por seres queridos perdidos. Oremos por los líderes eclesiales que tienen que encontrar formas creativas de proporcionar rituales significativos para los que están de luto en un momento de distanciamiento social.
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