Al corriente: julio 2, 2021
“Todos estamos pasando por la misma tormenta, pero no todos estamos en el mismo barco. El contexto lo es todo”.
Estas palabras, pronunciadas por un pastor norteamericano, abordan la diversidad de respuestas a la pandemia mundial del COVID-19. Muchas congregaciones en Canadá y los EE. UU. continúan experimentando restricciones para reunirse en persona, mientras que otras han tenido la libertad de reunirse de manera segura nuevamente.
También hay un reconocimiento general de que los norteamericanos han recibido un porcentaje desproporcionado del suministro mundial de vacunas, lo que deja a muchos cuestionando la injusticia de nuestro privilegio, la opulencia y las libertades resultantes.
Una comunicación en constante evolución
En marzo del 2020, Canadá y EE. UU entraron en confinamiento. Las reuniones públicas, incluyendo la iglesia, se detuvieron. Las congregaciones se apresuraron para adaptar los cultos a la virtualidad. Los pastores trabajaban desde casa, muchos de ellos luchando con herramientas de comunicación en constante evolución.
Los líderes de la iglesia nacional y su personal trabajaron arduamente para apoyar a las congregaciones locales con recursos para videos y redes sociales. Las congregaciones locales se volvieron creativas al relacionarse con las personas por teléfono, a través de redes en línea, con visitas desde la entrada de las casas, formas de conexión que respetan el distanciamiento social. También nos conectamos más con la comunión mundial de iglesias a través de comunicados de prensa más frecuentes y conexiones en línea.
“Por lo general, guiamos a partir de nuestra experiencia, pero ninguno de nosotros ha estado en una situación como esta antes, así que vamos desarrollando un plan sobre la marcha”, afirma un pastor. “Nos hemos vuelto profundamente dependientes del Espíritu Santo para saber cómo dirigir y enseñar a la comunidad eclesial”.
Necesidad de la virtualidad
La presencia virtual se ha convertido en algo más que una comodidad. Algunos la han descrito como una necesidad social y espiritual de conexión, particularmente para aquellos que están socialmente aislados, físicamente discapacitados, emocionalmente agotados y económicamente empobrecidos.
Además de proporcionar una forma de fraternizar, las conexiones en línea abordan el tema de la accesibilidad, particularmente en lo que se refiere a la edad, la salud y la movilidad. Muchos de los que generalmente han sido relegados a los márgenes de la vida social ahora pueden participar en donde antes habían sido excluidos.
Como respuesta, algunas iglesias les han proporcionado a los feligreses acceso a Internet y a dispositivos para posibilitar la conexión con las familias y la comunidad en general.
Los pastores informan que la mayoría de los participantes de la iglesia virtual (o iglesia por zoom) son adultos mayores. Los líderes de la iglesia también están descubriendo que muchas de las audiencias más jóvenes están “alejadas”. No participan en reuniones en línea como se había anticipado.
Cuando nos volvamos a reunir
Cuando comenzó la pandemia, la gente anhelaba el momento en que pudiéramos reunirnos nuevamente. Más de un año después, hay vacilación, miedo, cautela y reserva. Los congregantes van despacio en el proceso de volver a unirse a los espacios grupales.
La temporada de la pandemia ha sido lo suficientemente larga para que las personas establezcan nuevos patrones de vida y creen nuevos hábitos.
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¿Este modelo híbrido de reuniones virtuales y presenciales está aquí para quedarse?
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¿Volverán las familias jóvenes y los adultos emergentes, con o sin opciones en línea?
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Lo más importante de todo: ¿cómo practicará la gente su fe cristiana en tiempos posteriores a una pandemia?
Quizás los modelos híbridos sean el camino del futuro. Las opciones en línea brindan la oportunidad de involucrar a aquellos que de otro modo están físicamente aislados de la comunidad. Una forma de conectarse con la iglesia mundial es invitar a un orador del CMM para que esté virtualmente presente con su congregación.
Vea la lista de oradores |
Global connections provide us with news from our global sisters and brothers so that we may offer informed prayers of intercession and respond to the needs of others in a timely way. MWC has responded to the pandemic with online events such as prayer gatherings, through webinars, and videos on our YouTube channel.
Las conexiones mundiales nos brindan noticias de nuestros hermanos y hermanas a nivel mundial para que podamos ofrecer oraciones informadas de intercesión y responder a las necesidades de los demás de manera oportuna. El CMM ha respondido a la pandemia con eventos en línea como reuniones de oración, seminarios web y videos en nuestro canal de YouTube.
“La iglesia por Zoom no es suficiente”, asevera otro pastor. “Necesitamos presencia encarnacional. Necesitamos vivir públicamente el evangelio de Jesucristo con nuestros hermanos y hermanas de alrededor del mundo”.
Juntos, seguimos siendo la iglesia de Jesucristo, reunidos y esparcidos. Gracias sean dadas a Dios.
—Gerald Hildebrand es el representante regional del CMM para América del Norte. Reside en Winnipeg, Manitoba, Canadá, en donde es miembro de la iglesia River East, una congregación de los Hermanos Menonitas.
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