Al corriente: octubre 21, 2014
Angola– “Vengan a visitarnos”, exclamaron los representantes de las iglesias menonitas de Angola durante la reunión del Concilio General del Congreso Mundial Menonita (CMM) en Suiza, en mayo de 2012.
Expresaron que se sentían aislados y abandonados cuando finalizó la programación del Comité Central Menonita (MCC) hace una década, y tras ciertas luchas por el liderazgo en sus iglesias.
El Caucus de África del CMM, junto con el Comité Central Menonita, respondió a la invitación, realizando una visita del 13 a 30 de abril de 2013. (Véase artículo acerca de una visita de seguimiento en septiembre de 2013 organizada por la Comisión de Diáconos del CMM.)
Participaron de la visita en abril las siguientes personas: Cisca Ibanda, presidente del Caucus de África y miembro del Comité Ejecutivo del CMM, y Bruno Baerg, director zonal del sur de África del MCC. También integraron la delegación Sylvain Mupepe y Anne Yinda de la Communauté des Églises des Frères Mennonites au Congo (Iglesia de los Hermanos Menonitas del Congo).
La delegación se reunió con líderes de tres convenciones de iglesias: Igreja da Comunidade Menonita em Angola (ICMA), Igreja Evangélica dos Irmãos Menonitas em Angola (IEIMA), y la Igreja Evangelica Anabaptista em Angola (IEAA). ICM e IEIMA son miembros del CMM; IEAA ha solicitado membresía en el CMM. El líder de una tercera convención miembro del CMM, Igreja Evangélica Menonita em Angola (IEMA) no participó de las reuniones.
En conjunto, las cuatro convenciones de iglesias de Angola tienen más de 200 congregaciones y alrededor de 18.800 miembros bautizados, además de numerosos adherentes.
La delegación también se reunió con distintos grupos de las iglesias: diáconos, mujeres y ministerios de jóvenes. Además se reunieron con representantes de iglesias en conflicto.
Uno de los desafíos que enfrentan las iglesias angoleñas, informó la delegación, es la marginalización de los anteriores refugiados (regressados) que huyeron a la República Democrática del Congo y otros países vecinos durante la prolongada guerra civil en Angola (de 1975 al 2002) y después decidieron regresar. Los que permanecieron en Angola y sobrevivieron la guerra, con frecuencia se han negado a aceptar a los que huyeron y regresaron.
Muchos de los miembros de la iglesia son regressados y no hablan portugués, el idioma de uso común, ya que hablaban francés en la Rep. Dem. del Congo. Otros desafíos incluyen la pobreza generalizada, la falta de escuelas y profesores, los altos costos de la escolaridad y una taza de alfabetización menor al 30%.
De acuerdo a Baerg, el Comité Central Menonita apoyó a los refugiados angoleños hacia fines de la década de 1970. Posteriormente, asignó personal a Luanda, capital de Angola, para enseñar inglés y colaborar con el Consejo de Iglesias de Angola en programas que brindaban asistencia y promovían la paz. En 2005 se cerró el programa del Comité Central Menonita, comentó Baerg, “debido a la falta de personal”.
Cuando los líderes de las iglesias angoleñas invitaron al Comité Central Menonita a regresar a Angola, éste decidió convocar al CMM para considerar cuál sería la respuesta apropiada a dicho pedido.
“Uno de los resultados de las reuniones realizadas en abril, señaló Baerg, fue el acuerdo de que cualquier solicitud de asistencia de las tres convenciones de iglesias se haría a través de la Convención Inter-Menonita de Anabautistas de Angola (CIMA)”. CIMA se estableció en 2003, siendo necesario adecuar su estructura, según la delegación.
Baerg agregó que, “en cada una de nuestras reuniones estuvieron presentes bienvenidas, abrazos, alegría y la celebración del restablecimiento de una relación perdida. Los participantes observaron que para las iglesias, esto era un nuevo comienzo”.
Luego de su visita, la delegación recomendó reforzar la capacidad del personal de la iglesia para liderar y administrar los programas de la iglesia, resolver conflictos e implementar valores anabautistas y menonitas, elevar la alfabetización de hombres y mujeres y, capacitar a mujeres en actividades que generen ingresos.
La delegación también recomendó apoyar visitas e intercambios de grupos africanos e internacionales, así como cursos de portugués a fin de asegurar la integración de los miembros de la comunidad.
“La Iglesia Menonita de Angola, concluyó la delegación, es una iglesia con un futuro que merece ser apoyada por el CMM y otros asociados. Es una iglesia joven, dinámica y vibrante que ha recibido el impacto del contexto posconflicto…una iglesia que necesita de nuestra ayuda en su misión de evangelización y caridad”.
Además, la delegación concluyó: “Su desarrollo depende en parte de la orientación que podamos dar para facilitar su progreso e integración a la familia de iglesias cristianas de Angola. Además, la cohesión interna de la iglesia y la integración socio-económica de sus miembros ayudará a la iglesia ser efectivamente autosuficiente.”
Comunicado de prensa de Ron Rempel
Cisca Ibanda (izq.) y Sylvian Mupepe en el Centro de ICMA en Luanda. Bruno Baerg
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